EL PAPA QUE LLEGÓ TARDE

Febrero 15, 2015

Es todavía pronto para escribir acerca de la visita de papa Francisco a México, pues le faltan aun algunas de las paradas más importantes, más simbólicas y de mayor carga no solo emotiva, sino también política, que un prelado como él no puede ser ajeno a la política y a su impacto en la vida pública de cada país que visita.

Ha cubierto ya las aduanas iniciales de la Ciudad de México y de Ecatepec, con sus respectivas particularidades y problemáticas. Palacio Nacional, la Catedral, la Basílica de Guadalupe, el Hospital Infantil, la plaza de Ecatepec. Se ha topado con las mejores galas de la alta sociedad, con las barrigas llenas y los bolsillos hinchados de algunos de los jerarcas de su iglesia en México, con políticos y empresarios que buscan una probadita del Cielo al acercársele , pero también con centenares de miles de fieles de verdad, de los que no solo predican sino que cumplen con el ejemplo de su trabajo, de su dedicación, de su bondad. Ha visto niños enfermos, algunos desahuciados. Se ha detenido a media calle a saludar a los de a pie, a los de a de veras, y de paso ha fustigado, con sus palabras y su actuar, a quienes viven en un mundo fantasioso en el que la iglesia de los pobres se ha convertido en la de la ostentación, del lucro, del abuso del poder, de los excesos.

Habló ya de la imposibilidad de pactar con el mal, de las tentaciones de la riqueza y la soberbia, de la importancia del cariño. Y le falta aun ir a la Chiapas de los indígenas discriminados por siglos, al Michoacán de los que quisieron pactar con el narco, a la Ciudad Juárez de las muertas y los desaparecidos. Esta visita papal no se parece a ninguna anterior, y la Iglesia y el país que dejará atrás a su partida serán, ojalá, muy diferentes.

No soy un hombre religioso ni voy por la vida presumiendo virtudes ni milagritos. Lo que conozco de la Iglesia, de las Iglesias, me recuerda cotidianamente que al final del día son conducidas por seres humanos (puros hombres, en el caso de la católica), que reflejan sus carencias y debilidades desde la paradójica condición del poder. Y es que más que un patrón, más que un funcionario, más que un maestro, un sacerdote tiene poderes inconmensurables, la capacidad de la absolución o de la condena en sus manos, en sus labios. Y contra eso nada se puede, más que esperar que el cura, el padre, la madre superiora obren de buena fe, con la misma humanidad que la divinidad que predican.

Es a esa Iglesia, a la de tantos excesos, a los tantos sacrificios y sufrimientos de sus fieles, a la que ha llegado tarde Francisco, este Papa cuyo origen y vocación jesuitas lo convierten en un transformador, en un revolucionario, en una muestra de todo lo positivo que puede existir en la religión, en la fe, en las instituciones religiosas. No llega tarde por culpa suya, sino porque antes no estuvieron dadas las circunstancias para que un hombre llegara a la silla de Pedro a hacer las cosas de otra manera, a cuestionar, a recordar los orígenes y los ideales que a veces tan lejanos parecen.

Es este un Papa del perdón, de la tolerancia, de la inclusión. Su Dios no es el de los castigos y la llama eterna que quema a los pecadores, sino uno que los invita, los contempla, los comprende.

Y yo no puedo menos que preguntarme cuantos católicos que se alejaron, algunos para siempre, de su Iglesia no estarían ahí todavía si este Papa hubiese llegado hace medio siglo, hace tres décadas, hace un lustro, hace mucho tiempo. Cuantas víctimas de la persecución, del abuso, del ostracismo no necesitaban urgentemente de alguien así que desde el Vaticano mismo les hablara, les escuchara.

La crisis de la Iglesia Católica es mayúscula, su distancia e incomprensión de los grandes temas de la vida moderna es tal vez ya insalvable. Francisco hace, y hará, lo que muchos no quisieron, no se atrevieron, pero tal vez ya sea demasiado tarde para él, para su grey, para sus representantes en la tierra que, lejos de arrepentirse solamente se encogen cuando sienten que este, su Papa, les habla.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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